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La Dolorosa pero Necesaria Transición del CAD al BIM: Facilitación de Labor Arquitectónica, de Construcción y Diseño

La evolución de las herramientas de software está alineada a protocolos informativos que se van sacando en cada proyecto hecho, y siguen evolucionando constantemente hasta pulirse a lo que pudiéramos llamar una relativa perfección.

A final de cuentas, todo está en el detalle de cada proyecto arquitectónico y de construcción; precisamente, los modelados de información de construcción, añaden nuevos elementos para facilitar aún más la tarea de las partes involucradas, con el objetivo de dejar clientes satisfechos.

El BIM es superior, por el simple hecho de permitir representaciones tridimensionales de la obra, con sus cálculos económicos y de tiempo de cada proyecto. Todos los implicados serán capaces de laborar sobre un mismo modelo, y con la potenciación de la nube y las IA’s, podría ser todavía más beneficioso. Una de las claves radica en el buen uso de las bases de datos del modelo central, compartiendo documentación entre todos los trabajadores y administradores del proyecto.

En cuanto a la compartición de información entre modelos, es posible siempre y cuando se delimiten los protocolos. Es un hecho indiscutible que muchos proyectos ya se están realizando con metodología BIM –o al menos se desarrollan modelos BIM–. Y con todo ello, a la hora de licitar una obra, la documentación que le suele llegar a constructoras para analizar la licitación y preparar la oferta suelen ser PDFs, DWGs y Excels generados por los distintos softwares de mediciones. Muchas veces también disponen del BC3 de proyecto. A los subcontratadores rara vez llegan IFCs y cuando lo envían suelen ser solo de arquitectura. Un tanto por ciento despreciable y nada significativo (<1%) se corresponde con el envío de nativos.

Cuando las constructoras están estudiando una obra para dar precio, envían a las subcontratadoras la documentación expuesta anteriormente para que oferten los capítulos de su competencia. Muchas veces, para agilizar la redacción de la oferta, las mismas constructoras filtran la información y envían a los instaladores solo las mediciones y planos que les afectan. ¿Por qué no enviar toda la información de la que se dispone? Ya no necesitamos gastar tinta y folios en imprimir ni espacios físicos para guardar expedientes; tan solo necesitamos compartir unos megabytes de información.

Si el proyecto ha sido realizado en BIM, al menos debería existir un modelo; ese modelo contendrá más o menos información, información que, sea del tipo que sea, puede ser útil a oficios a los que a primera vista no afecta. ¿Por qué no permitir a todos los agentes el acceso a los modelos BIM? Ya cada uno decidirá si utiliza los DWG, PDFs o el modelo.

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